Yo no me he tragado ese cuento, creo en algo más grande, en el Barbita conocido también como Dios. Creo en su existencia y creo en sus poderes… Él… un ser supremo, artista innato, perfecto y auténtico. Observo las maravillas existentes y me hace difícil comprender como unos cuantos indican que de una explosión hayamos surgido y mucho menos contemos con tanta belleza natural. Los estallidos producen destrozos por lo general, no ocasionan la perfección.
La hermosura de un amanecer, el resplandor del sol al medio día y los colores del cielo cuando el crepúsculo se aproxima... la delicadeza de una noche con luna llena; la lluvia intensa y el sonido de las aguas del mar… La calma de un lago, la brisa de los vientos y la magia de una estrella fugaz… todo eso y más es obra y gracias de uno solo, allá vos si no estas de acuerdo. Yo lo sé, yo lo siento, yo lo creo.
Cuesta pio tanto detenerse a pensar que lo que tenemos a nuestro alrededor sólo el Barbita lo puede lograr. Yo no soy una creyente obsesionada por mi religión, únicamente doy a conocer una postura sobre algo tan cuestionado como nuestra misma creación.
Creo que atrás de tanta perfección existe un ser perfecto capaz de cuidar cada detalle, de ser tan minucioso en lo que hace. Aprovechar y disfrutar de sus maravillas debería de ser unos requisitos en la vida, admirarlo y agradecerlo a él, otros. El Barbita es más que el Big Bang.
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